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Así estaba el camino antes... |
Siguiendo con la maravillosa experiencia que
un buen número de najerinos y visitantes vivimos el domingo pasado asistiendo a
la excursión que la Asociación Amigos de la Historia Najerillense había
convocado para recorrer el recién recuperado y rehabilitado tramo del camino de
Pasomalo, y visitar las Siete Cuevas, os
voy a colgar hoy dos fotografías que, aunque pueda pareceros mentira, están
hechas en el mismo tramo. Viéndolas podréis haceros una idea de lo duro que han
trabajado el grupo de voluntarios y varios miembros de Amigos, a una
temperatura mínima de 20 grados, y máxima de treinta y tantos. Pero quiero
aprovechar la ocasión también, para continuar con lo que el pasado lunes dejé
empezado: “Pasomalo, hasta que llegó el auge de los vehículos a motor, era el
camino principal de Nájera hacia las poblaciones del sur. En la Edad Media era
la ruta a San Millán y al Alto Najerilla, de ahí el nombre de “Camino Real”. Y
antes de levantarse el Puente de Piedra (c. 1.100), el camino del Este, tras
pasar por Tricio y atravesar el Najerilla aguas arriba, entraba por la calle de
San Jaime (San Jaime= Santiago), es decir, la calle de los peregrinos. Al final
del mundo romano y en la Alta Edad Media, sus farallones se llenaron de cuevas
que sirvieron de refugio a la atemorizada población hispanorromana, y fueron el
origen de la Nájera Medieval. En la actualidad, está incluido dentro de la red
de Caminos Jacobeos, como itinerario secundario entre el Camino Francés y San
Millán. Sin embargo, su actual abandono como vía de comunicación y vía
agropecuaria, ha hecho que se haya descuidado su mantenimiento en los últimos
tiempos”. Esa es la razón por la que la Asociación Amigos de la Historia
Najerillense organizó este “Primer Campo de Trabajo Internacional”, en
colaboración con el Servicio Civil Internacional, una organización
internacional privada que promueve el entendimiento mutuo, el intercambio
cultural a través del trabajo voluntario. Y no quiero terminar esta entrada sin
agradecer públicamente el magnífico trabajo que han realizado en tan solo doce
días, organizando, además, la maravillosa excursión del domingo pasado. ¿Se les
puede pedir más? ¡Yo creo que no!
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Y así está ahora. Increible, ¿verdad? |