La visita que salvó las
Crónicas.
El día 18 de Junio de
1.984, sus Majestades los Reyes de España, con motivo de su Visita Oficial a La
Rioja, invitaron al almuerzo que iban a celebrar en el Monasterio de Santa María La Real de Nájera,
al entonces alcalde la ciudad, Jesús López Sáenz y a su esposa, Raquel Ibáñez
Ariza. El almuerzo fue servido en el Claustro de Santa María La Real, por el
restaurador Lorenzo Cañas, y estuvo compuesto por los siguientes platos: Manojo
de espárragos de El Campillo, la más antigua esparraguera de La Rioja,
escaldados al vapor, acompañados con salsa vinagreta o salsa mahonesa ligera;
con vino blanco Monopole, de uvas viura, garnacha y malvasía, cosechadas en
1.981, y envejecido en barrica de roble durante un año. Lomos de bacalao
rebozados y cocidos en salsa al estilo de La Rioja, de ajos, cebollas, tomates
y pimientos del piquillo; con vino Imperial, obtenido de uvas del año 1.970, de
clase tempranillo, garnacha, graciano y mazuela, envejecido durante tres años
en barrica de roble y embotellado en 1.974, en calado de bodega hasta el día
del almuerzo. Morcillo de Ternera macerado en vino y tomillo, y estofado
lentamente, con guarnición de verduras de nuestra ribera; con vino Viña Real de
Oro, de uvas de las mismas clases que el vino anterior, cosechadas en 1.964, y
envejecido, igualmente, en barrica de roble hasta 1.968, año en que fue
embotellado. Y, finalmente, las primeras fresas de Nalda, aromáticas, bañadas
en zumo de naranja. Pero lo mejor de todo, lo que le da sentido al título de
este pequeño y curioso artículo, es que a raíz de la amistad que el alcalde,
Jesús López Sáenz hizo en dicho almuerzo, con el entonces Capitán General de
Burgos, Don Vicente Izquierdo, al que le contó que ya no iba a poder
representarse en el Claustro de los Caballeros la “Crónica” (así eran conocidas
las representaciones) por falta de medios, éste, ni corto ni perezoso, envió a
nuestra ciudad una flota de camiones del Ejército con todo lo necesario, y pudo
celebrarse, aunque en el mes de Agosto. Hecho que solamente ocurrió dos veces:
En 1.969, cuando se representó por vez primera
el libreto del autor najerino Don
Justiniano García Prado: “Crónica Najerense”, y en aquella ocasión, ya que al
año siguiente, Jesús López encargó en Talleres Marpe, de Nájera, la
construcción de un escenario a la medida del Claustro de los Caballeros, y
volvió a celebrarse en Julio, como siempre, aunque con distintos nombres. Y he
de decir, también, que el Capitán General, acompañado de su esposa, y escoltado
por un montón de motos y coches Oficiales, acudió a la representación, y, una
vez finalizada ésta, entró a los camerinos a felicitar a los actores que
encarnaban a los personajes principales.