La indolencia de nuestros gobernantes es insufrible. Tuvieron cinco años para haber retirado del lecho del río Najerilla los chopos y mimbreras que una crecida dejó entre puentes, y esperaron a hacerlo cuando más daño hacían. Como todos sabéis, fue a finales del pasado mes de Enero, después de caer un diluvio, y bajando una considerable crecida, cuando una máquina los sacó del lecho y los depositó en el yerbín de la ribera. Acto seguido, miembros de la Brigada de Obras del Ayuntamiento procedieron a quitarles las ramas y trocear los troncos con una motosierra, con la intención -eso creíamos todos- de retirarlos enseguida. Pero hete aquí que, para vergüenza de propios y extraños, siguen ahí todavía. No sé muy bien si lo que buscan es utilizar las ramas y los troncos para la hoguera de San Juan -son muy optimistas-; dejarlas hasta que metan los camiones y las máquinas en el río para hacer la escollera, o están esperando a que se lo lleve todo una crecida… Con estos gobernantes que nos ha tocado en suerte sufrir, ¡cualquiera lo adivina!