En la mañana de
ayer, administrado por Iberdrola y el concejal-monaguillo Sergio Martínez, el
Silo de Nájera recibió el Viático antes de ser derribado. Se nos va del paisaje
sin saber qué opinan sobre su desaparición las asociaciones y los partidos de
este pueblo tan ingrato. Solo un najerino se postuló públicamente a favor de su
conservación, convirtiéndolo en un rocódromo: Josemari Hernáez. Requiescat in
pace.