Queridos jóvenes. Como ya
sabéis, llevo 15 meses defendiéndoos de quienes no perdonan que vosotros seáis
jóvenes y ellos no. En general -en todas las franjas de edad hay imbéciles-
habéis tenido un comportamiento ejemplar con la Covid-19, a pesar de que esta
ignota y terrible enfermedad os ha robado lo más hermoso de vuestras vidas.
Algo que nunca jamás podréis recuperar. Habéis soportado toda clase de descalificaciones,
insultos e injurias mientras cumplíais con una escrupulosidad envidiable todas
las restricciones que por culpa de esta pandemia os han impuesto. Y no ha
tenido que ser fácil renunciar a las fiestas de San Juan y San Pedro, a las de San
Juan Mártir y Santa María La Real, a las Navidades, a los Reyes, a los
chamizos, a las reuniones en el yerbín, a diversas celebraciones… y a los
hermosos, sublimes y necesarios escarceos amorosos. Los de mi generación no lo
hubiésemos hecho. Por eso os pido encarecidamente un último esfuerzo. Estamos a
las puertas de acabar con esta terrible pesadilla. No acudáis en masa al
recorrido itinerante que los insensatos del Equipo de Gobierno han organizado hoy
para vosotros. No echéis todo por tierra. No les deis ese placer.