Como no podía ser de otra manera, ayer se
produjo el derrumbe de parte de la pared lateral del edificio de la calle
Cantarranas que la anterior corporación ordenó derribar hace más de cinco años
en un acuerdo de Junta de Gobierno Local, y que, sin embargo, dicho acuerdo,
jamás se llegó a ejecutar. Los nuevos corporativos, acordaron, igualmente,
ordenar a la entidad bancaria, propietaria de dicho edificio, que lo derribara,
apercibiéndole de que si no lo hacía, el Ayuntamiento le impondría una sanción
cada mes que se demorara. Pero, una vez ocurrido el derrumbe de ayer, con los
puntales que lo sujetaban en el suelo, el edificio se puede derrumbar entero en
cualquier momento, por lo que el Ayuntamiento de Nájera no tendrá más remedio
que derribarlo subsidiariamente antes de que ocurra algo serio. Estas son las
consecuencias de años de desgobierno.