Está hecha en el comedor del Mesón Duque Forte de Nájera (cuando yo lo
regentaba), en el año 1979, después de una cena conmemorativa de la Organización
Revolucionaria de los Trabajadores (O.R.T.), de La Rioja. En ella se encuentran
camaradas de Viana, Logroño, Tricio, Nájera y otras localidades, que en los
tiempos de la transición se la jugaron con dos cojones contra los grises.
Algunos de ellos, sobre todo los de Viana, en momentos muy difíciles, tuvieron
los arrestos suficientes como para coger los palos de las pancartas y romperlos
en las costillas de los grises, cuando éstos nos estaban aporreando
despiadadamente, por pedir Amnistía y Libertad por la calles de Logroño. En
primera plana están los dos “Pacos”, fundadores de la O.R.T. en La Rioja, junto
con Guzmán, el difunto Bernal y Carlos Muntión, conocido por nosotros como “Carlos
el de Tricio”. El difunto Paco (Francisco Sáenz Porres), compañero de mi
querida y añorada Amiga Blanqui, fundó en Nájera el Sindicato Unitario, y, poco
tiempo después de su fundación, se llevó a cabo la Primera Huelga General de la
Madera, con un rotundo éxito. Eran tiempos difíciles, peligrosos e inciertos, pero
nosotros, merced a nuestras acciones, éramos temidos por Empresarios, Guardias
Civiles y Grises. Y en todas y cada una de las manifestaciones que hacíamos,
había “sociales” (policías de paisano) dispersados por los bares del recorrido
de la manifestación, para intentar detenernos a traición a alguno de nosotros,
cosa que les resultaba muy difícil, porque, a ambos lados de la manifestación,
íbamos los “piquetes”. Mi difunto Amigo Jonás y yo, por aquello del Karate, lo hicimos
muchas veces. Pero, a pesar de ello, en una de las manifestaciones detuvieron a la hermana de Guzmán, sin que nos
diéramos cuenta ninguno de nosotros. También fueron detenidos posteriormente,
Carlos Muntión, Guzmán y Bernal. Éste último apaleado sin piedad en los
calabozos del Gobierno Civil de Logroño, porque le pillaron en la leñera de su casa toda la
documentación de la O.R. T. Pero esa es otra historia, que en su momento os
contaré. El verdadero fin de esta fotografía histórica, no es otro que el de
recordar a mis aguerridos Camaradas y Amigos muertos: Francisco Sáenz Porres, José Ramón
Bernal, Y Jonás Olarte. ¡Que en Paz descansen!