Cuando alguien acude al Ayuntamiento a
pedir que se cambie el recorrido de la Cabalgata de Reyes, y la persona que
recoge la petición no ha estado en toda su vida metida en eso ni de lejos, no
puede responder alegre e insensatamente
“que no hay problema”. “Que eso está hecho”, como si quienes llevan un
montón de años haciéndola, gracias a su tiempo y a su dinero, fueran unos
pardillos al servicio del Ayuntamiento. Hacer eso es de una ignorancia supina.
-No quiero pensar que es prepotencia o chulería-. Pero lo es mucho más
persistir en el error después de descubierto. Cuando el responsable de la
Cabalgata de Reyes les dice a los del Ayuntamiento “que eso no es posible, y que deberían haber hablado con él antes de
darlo por hecho”, éstos, lejos de pedir perdón y reconocer el error,
insisten en su cerrazón, y convocan más reuniones por si el responsable de la
Cabalgata de Reyes cede acojonado por la presión de Asociaciones y políticos.
Ante esta abyecta actuación, Benito Morras, con mucha dignidad, y con dos
cojones, dice “que hay tienen los
bártulos”. “Que con él no se juega, y que no es merecedor de felonías y
emboscadas por parte del Ayuntamiento”. A pesar de haberse podido cargar la
Cabalgata de Reyes, y de haber zaherido a uno de los mejores najerinos que han
pasado por este ingrato y analfabeto pueblo, los del Ayuntamiento insisten en
convocar a una reunión a las najerinas que le cogieron el testigo a Benito para
que no desapareciera la Cabalgata de Reyes. Y no contentos con esto, intentan dejarlos
a todos como unos cerdos haciendo público que “se fueron de la reunión dando un portazo”, las unas, y “que no aparecieron en ella”, los
otros. Lamentable.