Esta es la segunda vez que se desprenden medio centenar de piedras de la muralla de la primera era. La
primera fue el veinte de Noviembre del pasado año, después de haber circulado por
la era vehículos de gran tonelaje. Como ya sabéis -lo han publicado doscientas
veces-, nuestros imaginativos gobernantes, en lugar de terminar las
excavaciones y recuperar el Alcázar, para poder mostrarle al mundo entero
semejante maravilla, están construyendo un corral de vacas en las eras del
Castillo, para, según ellos, poner en valor las excelencias de tan emblemático
lugar. Las obras han consistido, fundamentalmente, en ampliar el camino de
subida al Alcázar, arreglar las escaleras; derribar los dos edificios que
quedaban en pie, convirtiéndolos en “zona verde aterrazada”; conservar los
muros antiguos, sustentados por jardineras hechas con traviesas de ferrocarril;
recuperar el muro defensivo con una altura de dos metros; construir una
escalera de acceso a la primera era, donde se hará un mirador hacia las
habitaciones y los retretes de las casas de la calle San Jaime, con paneles
informativos e iluminación, para que duerman mejor sus vecinos; construir otra
escalera de acceso a la era superior, y, finalmente, hacer allí otro mirador
con paneles informativos, farolas, bancos, papeleras y una valla de protección
hecha con postes de madera tratada, con certificación medioambiental, para que
los millones de visitantes que van a venir a nuestra ciudad a partir de ahora,
puedan ver el desastre urbanístico que desde allí ofrecen muchos de nuestros flamantes edificios.