Sé que no os van a
conceder ningún premio. -En este país en el que nos ha tocado en suerte vivir,
la virtud, como dijo uno de nuestros más grandes escritores, más es perseguida que
alabada-. Pero quiero que sepáis que sois los mejores. Todos los de mi
generación estábamos aterrados por cómo ibais a comportaros en estas fiestas
tan hermosas como salvajes. Pero nos habéis demostrado que nuestros temores
eran infundados. Nos habéis dado una lección de civismo inolvidable. Y quiero
escribir hoy estas líneas, que brotan de lo más profundo de mi agradecido
corazón, por si el día de mañana le pudieran servir de ayuda a alguien.
¡Enhorabuena, chavales!