Este fin de semana, el legendario caballo
de Atila pasó por nuestra ciudad. Por el Puente de los Pescadores, concretamente.
Así lo confirman los ocho lilos destrozados con tan mala leche. Aunque, a decir
verdad, igual vive aquí: Hace unos meses destrozó una pareja de Ginkgo biloba,
árboles únicos en el mundo, considerados fósiles vivientes.