Hace unos meses un
coche derribó la valla metálica del Muelo, en el lado opuesto de la compuerta
del Paseo de San Julián -la del molino del mismo nombre es la de arriba-, y
desde entonces permanece sin protección, representando un peligro cierto. Si
alguna de las muchísimas personas que paseamos por allí tuviéramos la desgracia
de caernos al Muelo, lo tendríamos dificilísimo para salir. Mas si fueran un
niño o una niña, les sería imposible sobrevivir.