Muchos de vosotros me habéis preguntado por la calle que si era cierto
lo del peregrino que el día de la “Excursión, noche de historia y estrellas”
nos encontramos en la cima del Castillo acampado. Otros, me habéis dicho que
eso era una licencia literaria para darle importancia al relato. Y algunos, me
habéis acusado directamente de mentir, porque si no, según vosotros, lo habría
demostrado. Pues bien. Lo del peregrino –Húngaro- acampado es absolutamente
cierto. Lo que pasa es que hay cosas que ni se pueden ni se deben decir, porque
si se dicen, además de la visita inesperada de trescientos najerinos, el pobre
hombre se habría encontrado también con la de los guardas forestales o la de
los municipales, invitándole a terminar con el retiro voluntario. Ahora, cuando
este peregrino sorprendido habrá llegado ya a Santiago, es cuando os cuelgo la
fotografía que demuestra que es cierto lo que os había contado. ¡Mal pensados!