Fotografía de mi caro Amigo Cuaco. |
A
estas alturas de la película, creo que nadie dude de mi aversión hacia los malnacidos
que contaminan nuestro maltratado río. Cientos de denuncias y una lucha activa
durante más de tres décadas seguidas para que el río Najerilla volviera a su estado
primigenio, avalan lo que digo. No obstante, he de confesar que me produce cierto
estupor que la espuma que flotaba ayer por las aguas de nuestro despreciado río,
causaran tanto revuelo. Según informaba el SOS Rioja, Policía Local de Nájera,
Guardia Civil, Agentes Forestales de la Dirección General de Medio Natural y Confederación
Hidrográfica del Ebro, estuvieron valorando, estudiando y tomando muestras de
dicha espuma, y los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia al
momento. Esta reacción sería absolutamente lógica si dicho vertido fuera un
caso aislado, y los najerinos cumpliéramos con las normas cívicas del buen
ciudadano. Pero no es así. Y todos lo sabemos. Nuestra depredadora alcaldesa, “que
no fue informada oficialmente del suceso”, se limitó a decir: “que la captación
no había tenido ninguna afección para la red de abastecimiento, por lo que no
había ningún riesgo para los vecinos”. Ni lo condenó, ni anunció medidas
ejemplarizantes contra la empresa que había hecho el vertido. Y no lo hizo,
porque el Ayuntamiento que preside lleva más de siete años vertiendo las aguas
fecales del casco antiguo directamente al río. Y eso, queridos najerinos, la
incapacita para exigirle a otros que hagan lo que no hacemos nosotros mismos. ¡A ver
si los medios de comunicación se hacen eco de este escrito!