El alero de la casa
ubicada en la calle Cantarranas ha sido desmontado para evitar
desprendimientos, y lo desprendido, vallado. Pero el peligro sigue existiendo,
porque la fachada es de adobe, y el adobe, mientras está tapado, puede durar
centenares de años, mas cuando está a la intemperie, se deshace como lo que es:
barro.