Cuando se va a hacer entrega
de la primera Medalla Ciudad de Nájera, en su modalidad plata, a una orquesta
de plectro como la Orden de la Terraza, hay que hacérselo saber a todos los
habitantes de la ciudad con suficiente antelación. Porque, aunque sea el
Ayuntamiento -no dos concejales- quien la entrega, es el pueblo de Nájera quien,
simbólicamente, hace tan merecida distinción. Y un acto tan importante como
este no puede hacerse medio a escondidas por temor a que acudan centenares de
najerinos y no llegue para todos el vino de honor. Y aún diré más: Nuestro
querido Monasterio no es el lugar más adecuado para beber vino y comer jamón.
El Claustro de los Caballeros es algo que todo najerino que se precie tiene que
cuidar y mimar con cariño y amor. Por lo demás, estos grandísimos Músicos, los
actuales y los que estuvieron antes, por méritos propios, se merecen lo mejor.