El Silo junto a la Escuela Infantil Doña Estefanía. |
Cuando comenzaron las obras, yo denuncié que la estaban construyendo en un sitio muy peligroso, ya que iba a estar rodeada por una antena de telefonía móvil, un casetón transformador y cables y torretas de alta tensión, a lo que, obviamente, no hicieron ni puñetero caso. Pero, hete aquí, que de la noche a la mañana, sin saber nadie por qué (de hecho aún seguimos sin saberlo), aparece en la prensa “que la legislación actual convierte al Silo en un peligro potencial, y que hay que derribarlo”. Que “según la normativa ATEX, el edificio no cumple la legislación sobre explosivos, porque el polvillo del cereal es altamente inflamable”. Y que “esa es la verdadera razón por la que se plantea el derribo del popular silo de Nájera”. O sea que, lo que hacía cinco años y medio era una locura derribar, a finales de 2010, el Gobierno de La Rioja, junto con el Ayuntamiento de Nájera, decide que es extremadamente urgente derribarlo. Tanto es así, que en la misma noticia anuncian “que en la comunidad autónoma se va despacio, aunque con la voluntad de que este mismo año (2.011) se ponga en marcha una solución”. “Así lo comprometieron el presidente del Gobierno regional, Pedro Sanz, y la alcaldesa de Nájera, Marta Martínez, en el encuentro que mantuvieron a finales de diciembre con la senadora Francisca Mendiola en el Palacio de Gobierno”.
Pues bien, estamos en Septiembre de 2012, y esa bomba de relojería ubicada al lado de la Escuela Infantil Doña Estefanía, no solo sigue en pie, sino que nuestros mendaces gobernantes no tienen ninguna intención de derruirla. Y es aquí donde surge la pregunta: ¿Por qué sigue en pie un edificio que, además de incumplir la normativa, es una bomba de relojería? La respuesta es bien sencilla: ¡Porque es mentira! Y si no lo es; si realmente están violando la normativa, y consintiendo conscientemente que corran peligro de muerte setenta criaturas inocentes, además de un montón de familias de Wichita, es como para llevar a la cárcel a todos los gobernantes del Ayuntamiento de Nájera y del Gobierno de La Rioja, por temerarios e irresponsables.