En el renacido sotobosque del río Najerilla, ubicado entre la pasarela y el puente de San Juan de Ortega, ha aparecido una pareja de castores. Verlos a mediodía ha sido una sorpresa mayúscula para mí, no solo porque no los había visto nunca, sino porque suelen ser muy discretos cuando van en busca de comida. Estos animales se mueven buscando plantas del sotobosque, raíces de aneas, juncos y plantas acuáticas con las que alimentarse. Los ejemplares jóvenes que van buscando territorio pasan por las ciudades, y cuando ven que no tienen mucha comida, tiran aguas arriba o aguas abajo para buscar grandes masas de vegetación en las que asentarse. ¿Se quedarán entre nosotros? ¡Eso lo decidirán las motosierras!