Sé que la ¿poda? de los
olmos de la ribera de la margen derecha del río Najerilla, a la altura del
final de las piscinas de verano, se hace de cuando en cuando para que sus ramas
no se junten con los cables de alta tensión. Pero sé, igualmente, que podar
esos olmos a las puertas del verano es condenarlos a muerte. Si mal no
recuerdo, en Nájera se aprobó hace muchos años una moción que pedía la
eliminación de las torres y el soterramiento de los cables de alta tensión -posiblemente
Nájera sea la única ciudad que aún conserva los cables aéreos con sus torres y
casetones transformadores-, y a día de hoy, nadie la ha llevado a cabo. Como
quiera que ya he escrito en este blog más que suficiente sobre la contaminación
electromagnética, y en este caso son los olmos los que nos preocupan, solo haré
este interrogante: ¿Por qué no los talan directamente?