Un año más, el Día de
La Rioja, a pesar de caer en sábado, pasó sin pena ni gloria en nuestra ciudad.
Desde su comienzo, con el desfile de los tres grupos de danzas desde la Plaza de
San Lázaro hasta el Paseo de San Julián, donde se leyó el Comunicado
Institucional, ya se adivinaba el resultado final: no asistió ni el de la
guitarra. Las exhibiciones en la ribera izquierda del río Najerilla estuvieron
algo más animadas, porque había una despedida de soltera y varias bodas. En la
caldereta popular, también hubo muy poca gente. Y en los conciertos de rock, a
pesar de ser los cuatro grupos najerinos, también fue escasa la asistencia de
público. Lo que viene a demostrar que, organizándolo como lo organizan, el Día
de La Rioja no es ni siquiera un día más, porque cualquier sábado normal, en
nuestras calles y bares hay mucho más personal.