Lo de Nájera no tiene
remedio. Aquí hace todo el mundo lo que le da la real gana, sin que nunca pase
nada. Últimamente son los comercios de la Calle Mayor los que están sufriendo
las “gracias” de los ¿mocetes? que se aburren los fines de semana. Les rompen
los tiestos, los adornos y los faroles, y defecan tranquilamente en sus
expositores. El día 1 de Mayo, paseando por la Calle Mayor, encontré a la “Cheches”,
dueña de Alonso Hogar, limpiando el regalo que le habían dejado de madrugada, después de romperle el farol, en el escaparate. ¡Menos mal que en
Nájera se paga el vandalismo, según anunció el señor Alcalde!