Que
los Álamos blancos del Parque Infantil del Paseo de San Julián han estado
totalmente abandonados, no es ningún secreto. Que en ese terreno tienen unas
condiciones muy difíciles para vivir más de cien años, tampoco lo es. Lo que no
nos explicamos algunos najerinos es por qué no se han ido talando en los
últimos diez o quince años, plantando otros en su lugar, a medida que iban
enfermando. Porque es obvio que todos no enferman a la vez, y que si se van
plantando a medida que se van talando, se consigue que cuando enferme el
último, el resto estén casi iguales que antes de talarlos. Esto es lo que se
hace en los hayedos y en los robledales, por ejemplo. Pero lo más
desconcertante de todo es que el otro día vi que se han talado dos, y en el
primer alcorque han plantado un plátano pequeño, y en el segundo han echado directamente
cemento. ¿A qué obedece esto? ¿Va a estar rodeado de plátanos el
Parque? ¿O, en su defecto, va a estar sin árboles? ¡Que alguien me conteste!