Lo del Mercado de Navidad podría haber sido algo hermoso y muy beneficioso para expositores, bares, restaurantes y comercios. Podría haber reunido a cantidad de personas que están pasando la Navidad en nuestra ciudad y en los pueblos vecinos. Podrían haberse colgado una medalla los del Ayuntamiento… Pero resulta que a la hora de escribir esto, no tengo ni idea de quién lo ha organizado, ni si se llama Mercado de Navidad o “de la Navidad”, ni si se encuentran ahora mismo en la más absoluta penumbra los puestos. Cuando he acudido a hacer las fotografías a las dos de la tarde, no he recibido más que quejas contra el Ayuntamiento. Según me han comunicado, ni ha puesto vallas, ni ha facilitado enganches de luz, ni ha publicitado el acto… ¡un desastre! Y esto es una lástima. Máxime cuando todo el mundo está esperando que se organicen actos para echarse a la calle. Por consiguiente, hoy toca darle un “menos cero al Equipo de Gobierno”. Más allá de esta lamentable indolencia municipal, espero que les haya valido la pena a los expositores haber montado sus puestos en nuestra ciudad.
domingo, 29 de diciembre de 2024
Puedo escribir la entrada más triste esta noche.
Era una inocentada.
Fotografía de los Amigos de la Historia Najerillense. |
La entrada de ayer, desgraciadamente era una inocentada con muy buena intención. Y digo con muy buena intención, porque si el Ayuntamiento de Nájera o el Gobierno de La Rioja presentaran un estudio serio, riguroso y bien documentado sobre un problema tan grave como el que traté ayer, estoy seguro de que Bruselas jamás lo rechazaría. Y mucho menos aún, después de la tragedia ocurrida en Valencia. Pero para eso hay que ser, además de capaz, NAJERINO. Como torpemente decía en la entrada, son muchos y muy importantes los factores que juegan a nuestro favor, y muchas y muy serias las consecuencias que no acometer estas obras pueden acarrearnos a las najerinas y a los najerinos. A todas y a todos se nos llena la boca hablando de la importancia del mayestático Monasterio de Santa María La Real; y, sin embargo, nadie repara en las humedades que tiene derivadas de las aguas que se filtran cuando llueve. Y cuando lo hace con intensidad, lo sufre incluso, como ocurrió hace muy pocos meses, el transformador de la Plaza de Santa María. Las calles San Miguel y Las Parras se hunden y se inundan por lo calamitoso de las bajantes de las aguas fecales y pluviales. Y el entronque del final de Las Parras con Arrabal de La Estrella, es un auténtico desastre. Y sí, todo el trazado es Patrimonio de la Humanidad, porque forma parte del Camino de Santiago. ¡Ojalá algún día pueda volver a colgar lo mismo, sin que sea una inocentada!