Quienes no han sido capaces de arreglar en cuatro años un Parque Infantil, ubicado frente al colegio Nuestra Señora de La Piedad, no tienen autoridad moral para recriminarles absolutamente nada a quienes gobiernan desde hace dos meses nuestra ciudad. ¿Qué van a pensar esos niños y niñas de los políticos cuando tengan más edad? ¿Con qué autoridad moral les van a reprender cuando de jovencitos hagan las cosas mal? La infancia es la verdadera patria del hombre, y ningún político se la puede arruinar. Dicho lo cual, me permito la licencia de aconsejarles a los nuevos gobernantes que se sirvan del gran equipo de funcionarios que tienen a su disposición, para que les pongan al día de todo lo que hay pendiente, porque la oposición jamás se lo va a revelar.