Hace unos días, mi Amigo Julián, un señor
septuagenario, perdió el equilibrio al pisar una alcantarilla hundida y se dio
de bruces con el suelo. Como consecuencia de la caída ha sido operado de la
cadera. Casos como este ocurren casi a diario en esta desastrosa
ciudad. Pero el Ayuntamiento tiene mucha suerte. Los najerinos, por
desconocimiento o por bondad, no lo denuncian. En la baldosa suelta que muestra
la fotografía, ubicada en la calle Guindalera, justo al lado de la tienda de mi
Amiga Anuncia, se han caído también varias personas. Ya me canso de pedirles a
los gobernantes que tienen que atender lo cotidiano, lo del día a día, lo que
de verdad agradece la gente. Mas parece ser que esto no da votos, y, por
consiguiente, no es importante. Quizás algún día lo lamenten.