Quien venga a esta ciudad esperando encontrar un lugar paradisíaco, lo tiene claro. La desidia, la dejadez, la incompetencia, la negligencia, la pereza, la indolencia son nuestras señas de identidad. Y lo poco que aún nos queda de valor, se lo quieren cargar. Valga como ejemplo el deplorable estado del Pabellón Multiusos, en el que centenares de jóvenes de Nájera y de pueblos limítrofes se juntan a entrenar, competir y jugar. ¡Asin es nuestra ciudaz!