Aunque el día amenazaba lluvia desde por la mañana, y llovió
bastante a mediodía, la “IV Degustación de ternera asada”, organizada por los
entusiastas hosteleros najerinos Manolo y Fran, dueños del Kien y el Parrales
respectivamente, fue todo un éxito. Fueron tantas las personas que acudieron a la degustación, que no les quedó ni el rabo de la ternera. Los
pobres hombres, después de estar toda la tarde bregando, no pudieron ni
catarla. Lo mismo ocurrió con los hinchables, que a las diez de la noche,
cuando yo me iba para casa, estaban aún abarrotados de niños. Daba gloria
ver toda la ribera repleta de gente comiendo y bebiendo como en una fiesta
campera. Enhorabuena, Manolo y Fran, y gracias por hacer que todos los forasteros se
llevaran tan grato recuerdo de Nájera.