Hace unas semanas os colgué un comentario
sobre los estragos que están ocasionando las obras del corral de vacas que los
analfabetos del Ayuntamiento están construyendo en las eras del Castillo de la
Mota, en el que os decía que la zanja que abrieron para conducir la
electricidad habían provocado la inundación de una bodega en la calle San Jaime
de Nájera. Pues bien. Según la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de
Nájera, las humedades -son inundaciones- no provienen de las obras del Alcázar,
tal y como les indicaron los Técnicos Municipales. Por lo que digo yo, que, al
igual que las humedades de todas las casas impares de la calle Costanilla,
serán debidas a los manantiales. ¡Que ya son caprichos de la Naturaleza, crear
manantiales en un monte de tierra más seca que una mojama!