Esto es lo que debe pensar nuestra ínclita alcaldesa, que, una vez más, saltándose a la torera todos los procedimientos legales, ha metido dos máquinas excavadoras en el cauce del río Najerilla, aguas abajo del puente de piedra, para construir una escollera que proteja de las posibles crecidas del río, la avenida que ha construido (decir acera sería quedarse cortísimo), desde el conocido como “Puente de los pescadores,” hasta el puente de piedra.
De nada sirve que le digan que no es posible hacerlo; que repoblaron hace apenas una semana ese tramo de río; que espere a obtener los pertinentes permisos… ¡qué coño más da! ¡Como no le van a hacer nada! En el peor de los casos, si los cantamañanas de los ecologistas la denuncian, obtendrá la protección del Gobierno de La Rioja , y un tironcito de orejas de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), en forma de multa de unos eurillos. O sea, ¡lo de siempre!
Lo de esta mujer no tiene nombre: Primero construye una Residencia de Ancianos y un Pabellón Multiusos, en una “zona inundable.” Después, una Plaza de Toros en la margen derecha, a escasos metros del río, cuando estaba en marcha un Proyecto de “deslinde de riberas” que, en algunos tramos abarcaba trescientos y cuatrocientos metros de anchura desde el eje del río. Enseguida comenzará las obras de la construcción de la “macro Piscina Climatizada,” igualmente en la ribera del río… Y luego, cuando pase como en Biescas (parece que la estoy viendo), declarará toda compungida: ¡Quién lo iba a pensar! ¡Quién lo iba a decir! ¡Quien se podía imaginar! Y por supuesto: ¡¡Yo no he sido!!