Desde esta noche deberíamos
estar todos de fiesta, acompañando por nuestras calles y plazas a nuestra queridísima
Venancia con desatado alborozo y sana algarabía. Pero la prudencia nos
recomienda no hacerlo, debido a la ignota y terrible pandemia. Seguro que a
todos nosotros nos hierve la sangre y nos tiemblan las piernas; pero hemos de
ser responsables, y hacer que, con nuestro ejemplar comportamiento, pasen a la
posteridad estas no-fiestas. Guardemos nuestro júbilo, pues, para el 2021, e
inscribamos estas fechas en el impoluto libro de nuestra laudable Historia.