Uno ya está más que harto de repetir que
estas hermosas fiestas son antiquísimas, paganas, ecológicas, sensuales y
salvajes como la vida misma. Y que por tanto nada pintan en ellas ni el
Gobierno ni la Iglesia. Últimamente parece ser que nuestro Ayuntamiento se ha
propuesto arrogárselas para hacer política con ellas. ¡Y eso sí que no! Pueden
hacer lo que quieran con la de San Prudencio y con las de San Juan Mártir y
Santa María La Real, pero con las de San Juan, ¡ni hablar! Aunque hay varias
teorías –en Historia es muy difícil saber con certeza la verdad-, como la de
que los hombres de la prehistoria, tras descubrir que en un momento determinado
el astro rey perdía fuerza y los días eran más cortos, asustados, comenzaron a
realizar los primeros rituales de adoración al Sol, por temor a que éste se
fuera y no volviera a salir más, y pudieran morir helados, yo me inclino a
identificar nuestras queridas fiestas de San Juan con la Cultura celta, en la
que los druidas celebraban el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras,
danzando alrededor de ellas y haciendo posteriormente el amor –en aquellos
tiempos lo lógico sería poner follando- en la creencia de que con ese ritual
preñarían los campos y a sus mujeres, y la Madre Naturaleza sería generosa con
ellos, dándoles cantidades ingentes de frutos y muchos hijos. Así que a ver si
no modificáis arbitrariamente el recorrido del desentierro de La Venancia, y
dejáis de meternos con calzador los
Saludas del Presidente de La Rioja y de la alcaldesa de Nájera –solo falta el
del Párroco-, así como los mítines electorales sobre los maravillosos proyectos
que tenéis para Nájera. Las fiestas de San Juan son del pueblo y para el
pueblo. ¡Vosotros, como miembros electos, no tenéis cabida en ellas!