Las obras de
rehabilitación que se estaban llevando a cabo en el Palacio de los Marín de
Rodezno, adquirido recientemente por ASPRODEMA para vivienda de los usuarios
del Centro de Atención Diurna, de Avda. de La Sierra, están prácticamente
acabadas. Esta mañana han comenzado a desmontar los andamios, y ya solo falta
rehabilitar la cabeza del escudo, y recuperarlo íntegramente con un tratamiento
de láser, si llega el presupuesto. Esta casa, inventariada en el número 1 de la
Calle Cuatro Cantones, aunque, en realidad, la entrada la tenía en la Calle
Mayor, es de tres plantas en sillería, rehecha la inferior, con vanos
adintelados de placa y oreja, balcones y herrajes del XVII y escudo en
esquinazo a la Calle Mayor, sobre cruz de Calatrava, cuartelado primero de
cinco cabezas de moro y brazo armado, segundo de torre, tercero terciado en
palo de bandas, tres lises y león rampante a árbol y medio partido de espada
tronchada por banda, cuarto de tres lises tronchado por banda y quinto en punta
de ondas el todo con bordura de aspas; estaba construida para 1675 por don
Francisco Marín de Rodezno. El Palacio fue adquirido posteriormente por su
sobrino, Juan Marín de Rodezno, Obispo de Badajoz, presidente y fiscal de la
Inquisición, quien lo donó a la ciudad de Nájera. Su tío, Francisco, fue
canónigo de Toledo, presidente de la Chancillería de Granada, consejero de
Castilla, señor de la villa riojana de Rodezno, fundador de la capilla de San
Francisco en su parroquia natal de Santa Cruz de Nájera y autor de valiosos
informes y obras jurídicas. Ambos donaron a la ciudad, además del Palacio,
muchas obras de arte. Y, sin embargo, en Badajoz son alabados, celebrados,
loados, ensalzados… y aquí no los conoce nadie.