Una vez finalizado el
programa “Culto y Cultura” organizado por el Patronato del Monasterio de Santa
María La Real, se me antoja apuntar dos cosas: Una, que no todo vale en el
Claustro de los Caballeros. Y otra, que cambien de sillas, porque muchas de las
que hay causan vergüenza ajena. ¡Y que aún haya algún indecente que se alegre
de que el escenario y las sillas estén en el Claustro, para que los recién casados
no puedan hacerse en él las fotos de la boda!