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El Muro de Berlín, en la calle Don Diego López de Haro. |
También las tenemos bien comunicadas, como la de Don Diego López de
Haro, en la que sus vecinos, en lugar de salir directamente a la carretera de
Uruñuela o a los Institutos Rey Don García y Esteban Manuel de Villegas
(también al Colegio Sancho III), tienen que andar jugándosela, dando un rodeo
tremendo para volver al mismo sitio. O con las varillas del emparrillado al
aire, como en la calle Donantes de Sangre, una de las más transitadas durante
todo el año.
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Y el encofrado al aire, en la de Donantes de Sangre. |