Que nadie
ose tocar las ramas que con la última crecida del río Najerilla se quedaron
paradas en la tercera cepa del puente de piedra de Nájera. Y mucho menos aún
teniendo en cuenta que en las pasadas fiestas de San Juan y San Pedro no se
ahogó en ellas nadie. Así que, por el bien de todos, espero que el Ayuntamiento
de Nájera se abstenga de quitarlas y las deje crecer (si entre tanto se ahoga
alguien, ¡que se joda!, por haberse metido al río) hasta que se hagan árboles y
sobrepasen la barandilla del puente, para pasear bajo sus frondosas ramas, y
poder bajar por ellas al río a refrescarnos la cara. Además pueden venirnos de
perlas cuando lleguen las primeras crecidas del invierno, para que fluya mejor
el agua.