La invasión de ratas que se inició en Wichita, tal y como denuncié aquí en
varias ocasiones, se ha extendido (que yo sepa) al Barrio de Buenos aires y a
la calle Hormilleja. En esta calle, según los propios vecinos, las tienen hasta
en los garajes, por lo que decidieron pedirle ayuda al Ayuntamiento. Sabiendo
cómo se desarrolló lo de Wichita, me imagino lo que les han contestado nuestros
sufridos gobernantes a los vecinos: “Que ya se desratiza, y que lo de los
garajes es cosa de ellos”. ¡Con un par! ¿Tendrán que desratizar las calles de
nuestro moribundo pueblo la cuadrilla de jóvenes que limpiaron el río? ¡Mucho
me temo que va a ser que sí! ¡Tiempo al tiempo!