Este hombre que aparece
en la fotografía con cara de no haber roto nunca un plato, pescó a mano el
único bonito que existía en nuestro río. El bonito, a pesar de haber conseguido
la libertad tras una ardua lucha, volvió a ser capturado por este furtivo que
se vio forzado a meterse en el río, en pleno Enero, vestido. El bonito fue capturado
a la altura de la Pasarela, y, según la báscula, pesaba 20 kilos.