Cuando miro fotografías antiguas de las fiestas de San Juan y San Pedro, y veo esas caras de felicidad en los hombres y mujeres que dan las Vueltas, un inmenso escalofrío recorre todo mi cuerpo, y me retrotrae a cuando yo era niño. Y es entonces cuando las siento con toda la intensidad, y daría gustoso mi vida por sentir de nuevo aquella sensación, aunque fuera sólo unos segundos.