En esta fotografía de la Inauguración del Campo de Fútbol “La Salera”, en
el año 1967, también hay cosas curiosas. Soslayando el saque de honor, y el
porte distinguido de Felipe Marijuán, tenemos entre los aficionados a dos que
ese día les querían tocar los cojones al resto. Me refiero, evidentemente, al
del paraguas y la chaqueta –aparentemente estaba un día espléndido- y al que
quería tapar con la suya el único anuncio legible: El del jocoso Maisi “el
pintor”. ¡Que ya son ganas de joder la flamante inauguración! Me imagino que de
los que aparecen en esta fotografía fuera del campo habrán muerto casi todos ya.
Pero yo quiero centrarme hoy en el ingenioso Maisi “el pintor”. Este popular
najerino tenía unas dotes especiales para hacer chistes de todo. -Todavía andan
por ahí unos programas de fiestas escritos por él, que te desternillas de risa
leyéndolos.- Voy a relataros una anécdota ocurrida hace más de cincuenta años
en el surtidor de gasolina que había junto al Restaurante Las Pericas -el que a
finales de los años sesenta llevamos mi bienamado padre y yo- entre un
camionero de Madrid y él. Como todos vosotros sabréis –hasta hace cuatro días aún
estaba en la Serrería Ochoa el cartel de: “Hay carga para Madrid”-, los
camioneros que venían a nuestra ciudad a descargar mercancía, intentaban
cargarlos de nuevo aquí, de lo que fuera, para hacer así dos portes a la vez.
Pues bien, una mañana de verano, el camionero de Madrid paró en la gasolinera
para preguntarle a alguien si había carga para Madrid, con tan buena –o mala-
suerte que fue a dar con Maisi “el pintor”, y el pobre camionero, dirigiéndose
a él, le dijo: “¡No sabrá usted si hay aquí carga para Madrid!” A lo que Maisi,
todo serio, le contestó: “¡Pues carga no lo sé, pero si quiere usted cabrones,
ahora mismo le lleno el camión!” El
camionero, tras escuchar tan singular contestación, más blanco que la leche, se
subió al camión, lo arrancó y se marchó. Desde entonces, los que conocemos la
anécdota, cuando nos cruzamos por la calle nos decimos: “¡Hay carga para
Madrid!” Y nos contestamos: “¡Lo que no hay es camiones suficientes para llevar
a tanto cabrón!”