Siempre me ha soliviantado el hecho de que personas que no han participado para nada de las Vueltas, se unan en la Calle Mayor a los que sí lo han hecho, sólo para joder a los Músicos. Hoy podría haber sido un San Pedro glorioso; y, sin embargo, estos personajillos han estado a punto de que dejaran de tocar los Músicos. Otros años lo veo desde los balcones; pero hoy lo he visto in situ. Nuestros Músicos no se merecen el trato que les dan estos cuatro energúmenos. No obstante y aún así, ellos responden como el nogal cuando lo apedreamos o le lanzamos palos: dándonos sus mejores frutos. Por lo demás, yo lo he pasado como hacía muchos años. He ido junto a los Músicos desde el Puente de San Juan de Ortega hasta la otrora casa palacio de los Marín de Rodezno, y después he estado con mi queridísima hija hasta las ocho de la tarde. Hasta donde yo sé, todo ha sido correcto y hermoso; y los Músicos han terminado a las cinco y veinte, en lugar de a las cinco. Benditos sean, pues, los Músicos, San Juan y San Pedro.