Acabo de leerme tres
veces seguidas el Acta del Pleno Extraordinario del miércoles, 18-11-2013,
sobre el “Estado de la Ciudad”, y he llegado a la conclusión de que lo de la
señorita alcaldesa de Nájera es de preocupar. Es increíble que una persona
pueda decir barbaridades tan grandes como las que dijo en dicho Pleno, sin
estar mintiendo como una bellaca, o, en su defecto, tener absolutamente
extraviada la percepción de la realidad. Soslayando, por falaz, el introito de
su intervención, esta señorita es la única persona de Nájera que desconoce la
trágica realidad de nuestra ciudad. Yo llevo tres años largos “afeando” en este
blog todo lo que se hace o se encuentra mal, y lejos de haber agotado los
recursos, tengo la triste impresión de que no he hecho más que empezar. Nuestra
ciudad, señorita alcaldesa, está viviendo una realidad tan trágica, que dudo
que salgamos de ella jamás. No voy a enumerar aquí la cantidad de cosas que el
Ayuntamiento que usted preside está haciendo mal. Ni las condiciones tan
infames en las que se encuentran todas y cada una de las calles y plazas de la
ciudad. Ni tan siquiera las decenas de familias que lo están pasando
intolerablemente mal. Me voy a limitar a decirle simplemente que ni usted, ni
la señora senadora, ni el concejal y diputado, ni el Presidente regional, han
hecho jamás nada verdaderamente beneficioso y productivo para esta ciudad. En
cierta ocasión me dijo un Amigo que “antes, con un triste puente de tablas,
Nájera daba trabajo a todos los habitantes de la comarca; y ahora, con
cincuenta súper puentes, no tenemos ni para los de la ciudad”. ¡Y es verdad!
Ninguno de ustedes, a pesar de llevar casi dos décadas gobernando con mayoría
absoluta el Ayuntamiento y la Comunidad, ha hecho nada por evitar que existan
más de mil setecientos parados en nuestra ciudad. Han abandonado a su suerte a
los habitantes del casco antiguo –sobre todo a los que viven bajo la peña
Malpica-, y jamás trajeron aquellas redentoras industrias que, según ustedes,
se iban a ubicar en el nuevo Polígono Industrial. ¡Y así nos va!