En esta ciudad dejada de la mano de Dios, hasta jugar es peligroso.
Menos mal que algún mocete se ha dado cuenta de que pueden dejar media pierna
en esta trampa mortal, y ha pintado peligro, señalando los tres puntos donde la
chapa está peligrosamente levantada. Esperemos que los atareados liberados del
Ayuntamiento o, en su defecto, el concejal de Obras, Diego Rodríguez, saquen
un poco de tiempo y lo arreglen antes de que desaparezca la pintura y
tengamos alguna tragedia.