Ayer fue un día glorioso. Pocas veces hemos
disfrutado tanto el día de San Pedro. A pesar de amanecer nublado y con frío,
la mañana fue despejándose poco a poco hasta quedarse un día precioso. Los
najerinos, después de zamparse el almuerzo, fueron acercándose paulatinamente
al quiosco, y las notas de las Vueltas hicieron en ellos su efecto. El
peregrinar hacia la Plaza de España se hizo con gran alborozo, y en la Calle
Mayor, como era de esperar, najerinos y Músicos se entretuvieron un poco. No
obstante, nuestros impagables Músicos -¡qué grandes son!-, nos tuvieron dando
las Vueltas en la Plaza de España hasta muy pasadas las cinco, recibiendo
luengos y estruendosos aplausos del público.