Ayer se jugó en el
campo de La Salera de Nájera el partido más esperado del mundo: Los nueve
componentes de la “Charanga del Najerilla” contra un montón de chiquillería
acompañada de sus madres y padres. El partido fue considerado de alto riesgo,
porque tanto unos como otros llevaban más de quince meses esperándolo con
ansias contenidas. Tanto es así, que Protección Civil estuvo en la puerta de
acceso a las instalaciones comprobando que todos acudían en las condiciones
debidas, y arriba, en el campo de fútbol, la Policía Local. Nada más sonar los
tres golpes de bombo: Pom, pom, pom, emulando al señor Quico en el viejo
quiosco del Paseo de San Julián, todos dieron rienda suelta a sus emociones
tocando, bailando y aplaudiendo a rabiar, hasta que los componentes de la
“Charanga del Najerilla”, exhaustos de tanto soplar, dieron por finalizado el
partido, después de haber dado tantas Vueltas en el césped, como en el más
glorioso de los días de San Juan. Huelga decir que el partido quedó en tablas,
a pesar de que la chiquillería y sus madres y padres tuvieran mucho más
posesión de balón que los miembros de la “Charanga del Najerilla”, por más que
éstos llevaran tanto tiempo soñando con driblar a sus rivales con su toque
magistral. Fue, en suma, un partido histórico -quizás se hable de él en
Institutos y Colegios con posteridad-, porque nunca jamás se había jugado un
partido tan trascendental en nuestra ciudad. Y he de decir, para terminar, que
todos los que estuvimos presenciándolo, abandonamos el campo pletóricos de
felicidad.