Tal y como os había anunciado con antelación, ayer estuvo un día
espléndido para almorzar y dar las Vueltas. Pero es que además, la alegría sana,
sincera y espontánea que inundó todos y cada uno de los rincones de Nájera, fue
de las que yo no he conocido nunca. Todo fue de 10: El tiempo, los Músicos, las
Vueltas, los sanjuaneros, los forasteros, la algarabía, el bullicio, los buenos
modos… No se le puede poner ni un pero a este hermoso día de San Pedro. ¡Ojalá
fuera siempre así! Esta noche toca enterrar a la Venancia –el acto más emotivo
de todos, para mí-, y vamos a gozar de un tiempo auténticamente veraniego.
Espero que todo salga bien, para que todos, najerinos y forasteros, nos quedemos
con este buen sabor de boca que nos dejó ayer el “mejor de los sampedros”.