Los gobernantes
socialistas najerinos, no sólo no fueron capaces de eliminar la barrera
arquitectónica más infame de España -los 42 escalones del Juzgado de Paz-, sino
que intentaron desmantelar el Museo Histórico Arqueológico Najerillense del
modo más abyecto. Después de una profusa campaña de los Amigos de la Historia
Najerillense y de la aprobación de la Proposición no de ley -PNL- de Izquierda
Unida en el Parlamento de La Rioja para que el Museo permaneciera donde está, por
los 12 votos a favor del PP, 4 de
Ciudadanos y 1 de la ponente de IU -17-, contra los 15 Noes de PSOE y 1 de
Unidas Podemos -16-, se consiguió que no se desmantelara.
Pero el Museo necesita más espacio y profundos
retoques. El edificio del Palacio del Abad que alberga el Museo Najerillense,
necesita con urgencia tres intervenciones: -Que se saque del mismo el Juzgado
de Paz, para proceder a rehabilitar la segunda planta que ocupa, reconstruyendo
la escalera interior original que subía desde la primera, y facilitar el acceso
de los ciudadanos al Juzgado mediante una ubicación más idónea. -Rehabilitar de
igual modo el alto o bajo cubierta, así como el tejado y las fachadas del
edificio, que llevan muchos años sin ninguna actuación ni tan siquiera de
mantenimiento. -Eliminar las escaleras actuales de acceso al Juzgado, que se
encuentran en muy malas condiciones, ganando el espacio para las plantas y para la instalación de un
ascensor/montacargas que sirva para personas y para elementos pesados. -La
reconstrucción del paso elevado que lo unía a Santa María La Real quedaría para
una segunda fase-. El Museo mantiene elementos arquitectónicos y decorativos
vinculados a su historia: palacio del abad de Santa María, botica monástica del
siglo XVIII, cárcel del Partido Judicial. Por eso, en la visita al Museo se
pueden contemplar los restos de las pinturas de la botica, la sala donde se
ubicaba la rica botería, similar a la de Silos, que se puede visitar en el
Museo de Farmacia de El Mas Nou, o las inscripciones que los presos dejaron en
las puertas que han sobrevivido. En cuanto al Juzgado de Paz, además de los
42 escalones, cuenta
con una sala de espera tan inhóspita y fría, que quienes tienen que esperar,
sobre todo en invierno, se mueren de frío y de pena. Por eso, si los nuevos
gobernantes fueran capaces de acabar con esta infamia y dedicar todo el
edificio a Museo, conseguirían uno de los logros más importantes que jamás se
hayan alcanzado en Nájera. Yo confío en que lo harán, porque para casos como el
que nos ocupa, si se quiere, llegan ayudas millonarias desde Bruselas.