La poda que les están
haciendo ahora mismo a los plátanos del Paseo de San Julián es temeraria en
extremo. Alguien tendría que haber evitado esta salvajada que puede acabar con
el mayor de nuestros tesoros. Está visto que en esta ciudad, los encargados de
Parques y Jardines son, además de profanos, soberbios. Hace unas semanas
publiqué que teníamos una oportunidad de oro para sentarse a debatir el futuro
de nuestro Paseo. Pero, a tenor de lo visto, a nuestros adalides de la Libertad,
lo de dialogar se la trae al fresco. No sé cuánto tardarán en enfermar. Pero sí
sé, empero, que han quedado totalmente indefensos. ¡Al tiempo!