Desde el pasado lunes, con las solemnes vísperas, hasta hoy, con la misa por los difuntos, se está celebrando en Nájera la festividad de San José. Esta festividad a la que ahora solamente acuden unas decenas de najerinos y najerinas, era la más grande de nuestra ciudad. Siendo yo un mozalbete, los ebanistas y carpinteros estrenaban traje y tiraban la casa por la ventana. Recuerdo las barras de los bares repletas de berberechos, navajas, espárragos gigantescos y todo lo que os podáis imaginar. Todo el mundo hacía el agosto con esta festividad: tiendas, sastrerías, bares, restaurantes, carnicerías... No en vano, además de siete serrerías y bastantes fábricas, en cada portal de Nájera había una carpintería, y todos los días salían camiones de muebles camino de Andalucía. Esta era la Nájera a la que le cantaba el difunto Roberto Morras: “Nájera elevada a gran altura, por todos los carpinteros que trabajan con bravura”. Y sin embargo hoy… San José, San José, quién te ha visto y quién te ve.