La noche del pasado
domingo, último día de fiestas, fue apoteósica. Jamás he visto tanta gente
reunida en la Plaza de España el “Día de las paellas. Y es que el espectáculo
prometía. Y no defraudó. La actuación de “500
Noches, Tributo a Sabina”, fue espectacular. Y la sorpresa de la Peña
Juventud, más: En un intermedio improvisado, componentes de la citada Peña
quemaron una colección de fuegos de artificio, que nos dejó a todos alucinados.
Y encima tuvimos la fortuna de encontrarnos con dos chicas de Toledo y un
compañero, que estaban haciendo el Camino de Santiago, con quienes compartimos
charla, baile y vino, antes de que se fueran a dormir a un Albergue najerino.
El balance de estas fiestas no puede ser más positivo, a pesar de tener en
contra la lluvia y el frío, y el lanzamiento del cohete anunciador de las Fiestas
de San Mateo, el día de Santa María La Real, desde el Ayuntamiento de Logroño. Para
mí, particularmente, han sido las mejores fiestas de mi vida. Y no lo han sido
por los actos festivos, sino por la hermosa compañía que he tenido. Gracias,
Luis, Quique, Antonio, Santi, Maricarmen, Charo, Carmen y Charius, por este
hermoso regalo.