Una vez estabilizado el
caudal del río Najerilla después de la última crecida, el Ayuntamiento de Nájera
tendrá que intervenir en el tramo urbano tanto para retirar los árboles que han
quedado entre puentes, como para rehabilitar sus riberas. La voluntad de los
socialistas la conocemos todos: construir la escollera; pero ellos solo son
cinco, y no pueden llevar a cabo su proyecto sin la suma de, como mínimo, otros
dos concejales. Hasta hace apenas un año, el resto de los ediles podía argüir en
su descargo que no conocían otra forma de rehabilitar las riberas que la del
PSOE; pero ahora mismo todos ellos saben que existen por lo menos otras dos
formas de hacerlo: llevando a cabo el proyecto presentado en el Nájerafórum el
15 de Marzo de 2019 por su autor, Tony Herrera, miembro de la Fundación
Nueva Cultura del Agua, y del Centro Ibérico de Restauración Fluvial, encargado
por Alternativa Najerina, o el que elaboró el Biólogo de Baños de Río Tobía,
Joaquín Garnica, en el año 1998, encargado por el GEN -Grupo Ecologista
Najerilla-. Quiero dejar meridianamente claro que los trece concejales que
conforman el Ayuntamiento de Nájera son libres de hacer lo que quieran; pero
quiero dejar constancia, también, de que Nájera va a gozar o sufrir el que la “adecuación de las márgenes del río
Najerilla a su paso por nuestra ciudad” se lleve a cabo de una forma u
otra. Para no extenderme en demasía, solo diré que todas las ciudades de Europa
darían cuanto fuera por tener en su casco urbano un río con garzas, garcetas,
pollas de agua, patos, visones europeos
y nutrias.